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Marzo
Lunes de 20 a 21hs
Descripción:
Vivimos en una situación paradójica respecto del fenómeno de la legalidad. Por una parte, como herencia de la sospecha ante la modernidad ilustrada, consideramos vivenciamos la ley como un instrumento de coerción de la super-estructura social (Freud), como una expresión de una moralidad débil que debe ser subvertida por la vital voluntad de poder (Nietzsche), como un instrumento del Estado para catalizar el progreso dialéctico de la historia (Marx) o como un mal necesario que debe ser reducido al mínimo frente a las libertades civiles y las posibilidades del individuo (Smith). Por otra parte, como herencia de la confianza
en la misma modernidad, esperamos todo de la ley como expresión de la voluntad común objetivada en el Estado (Kelsen). Esta misma confianza en el poder ilimitado de la voluntad causa una permanente frustración y desconfianza en el fundamento, las condiciones de posibilidad y los límites de una racionalidad autónoma, incapaz de plantear y de resolver el problema de la esencia moral del ser humano, problema que se expresa entre la condición de su naturaleza y la trascendencia de su libertad espiritual.
La crisis de fundamentación de la ciencia y la actividad política, entendida en su sentido más radical como ciencia de la afirmación del ser social de la comunidad humana, obliga, una vez más, a plantear el problema del sentido de la ley. No solo por el estado de angustia epocal que resulta del estado aporético descrito más arriba sino porque la comprensión del sentido de la ley implica una comprensión de la esencia de la racionalidad y, con ella, de la identidad más profunda de la persona humana como ser social.
En este contexto, la teoría de la ley de Tomás de Aquino vuelve a presentarse como una investigación válida y valiosa, capaz de fundamentar el origen y el destino de la racionalidad humano en el marco más amplio e integrador de la teología y de la filosofía moral.
El tratado de la ley de Tomás de Aquino se ubica en el centro de su presentación sistemática de la teología (S.Th. 1-2, q. 90-108). Luego de haber tratado a Dios en sí mismo y causa primera y ejemplar del ser creado (cf. S.Th. 1), trata del ser humano, imagen de Dios, fundamentalmente, por su racionalidad práctica, es decir, por su capacidad de responder, auxiliado por la gracia (S. Th. 2), al llamado de Dios y de regresar, en Cristo a su fin último que es el mismo Dios (S.Th. 3). El ser humano puede afirmar su ser por medio del acto voluntario, uno de cuyos componentes, en tanto auxilio extrínseco ilustrativo es la ley.
Para Tomás de Aquino, la ley es una realidad compleja y analógica pues es una expresión de la racionalidad que es la propiedad esencial del ser espiritual cuyo ejemplar es Dios. Por ello, la creación completa, la totalidad del ser lo es en tanto posee realidad, causalidad y legalidad propia. Alcanza, en palabras de Kant “el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí”, es decir, el ámbito completo de lo real. El carácter analógico de la ley implica participación y distintos grados de perfección y, por su cercanía al ser, casi podríamos referirnos a la ley como una expresión cuasi-trascendental del ser. Donde hay realidad, hay legalidad.
La teoría de la ley de Tomás de Aquino requiere de una consideración sapiencial en el sentido teológico, filosófico y jurídico de sabiduría: atención a lo real desde sus primeros principios y causas. Por esta razón, nuestro autor, luego de considerar la ley en su acepción más general (su esencia, división y propiedades o efectos propios, cf. S.Th. 1-2, qq. 90-92), diríamos, en su intensión lógica, trata de su instanciación o extensión lógica estudiando, en primer lugar, las leyes no propiamente establecidas o como innatas (la ley eterna: en Dios, no participada e increada, cf. S.Th. 1-2, q. 93 y ley natural: en la creatura, participada y
creada, cf. S.Th. 1-2, q. 94) para luego considerar las leyes establecidas o positivas: la ley positiva humana (en sí misma, cf. S.Th. 1-2, q. 95 y en sus atributos de obligatoriedad y mutabilidad, cf. S.Th. qq. 96 y 97) y la ley positiva divina: la ley antigua (cf. S.Th. 1-2, qq. 98-105) y la ley nueva, promulgada por Jesucristo, culmen y perfección de toda orientación normativa (cf. S.Th. 1-2, qq. 106-108).
Como podemos ver, la estructura particular del tratado de la ley es una expresión de la estructura general del tratado de la Suma de Teología por causa de que la ley es la expresión más alta de la racionalidad práctica que, desde Dios, orienta al ser humano en Cristo, como síntesis de la creación, a la recapitulación de todas las cosas en Él.
¿Es posible, en estas circunstancias, replantear el problema del sentido de la ley? ¿Cuáles son los rasgos distintivos de la teoría de la ley de Tomás de Aquino? ¿Pueden ser hoy nuevamente re-propuestos a una cultura radicalmente autonómica y, por ello, mismo, alienada de la fuente de su propio ser? El marco integrador de teología (ley eterna), filosofía (ley natural) y ciencia jurídica (ley positiva humana y divina) que presenta Tomás de Aquino otorga una respuesta competente a la pregunta por el sentido de lo legal en particular y lo jurídico en general. La normatividad no es un fenómeno extraño al ser y a la condición humana. Por el contrario, la dependencia metafísica es el rasgo fundamental de todo lo real en cuanto creado; de hecho, tal dependencia posibilita la causalidad propia de la creatura racional, su ser moral y la expresión auténtica de su libertad y de su orientación al fin último que es Dios.
Objetivo General
Realizar una lectura sapiencial de la teoría de la ley de Tomás de Aquino en el contexto contemporáneo con la finalidad de reconocer sus rasgos diferenciales y esenciales, plantear el problema del sentido de la ley y contribuir a una visión integral teológica, filosófica y jurídica de la persona y la comunidad humana
Objetivos Específicos
1. Conocer la figura y el pensamiento de Tomás de Aquino a través de una expresión madura de su pensamiento científico.
2. Introducir al quehacer filosófico, teológico y jurídico desde una perspectiva sapiencial e integradora.
3. Comprender y emplear el método escolástico de las quaestiones et responsiones empleado en la Suma de Teología.
4. Conocer el argumento descriptivo, temático y teórico del texto estudiado: el problema del sentido de la ley.
5. Distinguir entre conceptos temáticos, propios del análisis del problema de la ley, y conceptos operativos, propios del instrumental descriptivo y teórico de la teología, la filosofía y la ciencia jurídica empleados en la teoría de la ley de Tomás de Aquino.
6. Discernir metódicamente partes integrantes del problema del sentido de la ley según la mente de Tomás de Aquino, describirlas, relevar textos significativos de literatura primaria y secundaria y articularlos en presentaciones basadas en las propias descripciones controladas por el método aprendido.
Se ortorga certificado
1. Introducción: el problema del sentido de la justicia y la teoría de la justicia de Tomás de Aquino.
2. El derecho como objeto de la justicia.
3. La justicia, la injusticia y el juicio.
4. Justicia conmutativa y distributiva: esencia y acto.
5. La acepción de personas.
6. La injuria contra la misma persona, en sus miembros y en sus bienes.
7. La injuria judicial.
8. La injuria extrajudicial.
9. El fraude y la usura.
10. Los preceptos de la justicia.
Dr. Julio Söchter OP
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