Mis queridos hermanos en el Señor ya se ha puesto en marcha el complejo entramado de traiciones que llevarán a Jesús a la cruz. Él ya había anunciado su Pasión en muchas oportunidades, lo único que tenía que asegurar es celebrar la Última Cena con sus discípulos porque en ella iba a instituir la Eucarística y el Orden Sagrado; dos regalos para todos los cristianos con los cuales creceremos en la Vida Espiritual. Llama la atención que Judas, que participo de esta “primera” Eucaristía, a quien el Maestro en un acto de amor le lavo y beso los pies sin embargo siguiera con su corazón endurecido y no diera marcha atrás a su decisión de consumar su acto de traición.
Mateo 26, 14–25